16 de junio de 2024, CDMX
En el marco del Día del Orgullo Autista
Creado por miembros de las asociaciones
Comunidad Autista, Frente Unido Autista de México (FUAMEX) y Agenda LGBT
16 de junio de 2024, CDMX
En el marco del Día del Orgullo Autista
Creado por miembros de las asociaciones
Comunidad Autista, Frente Unido Autista de México (FUAMEX) y Agenda LGBT
Es momento de reescribir el autismo desde sus intersecciones, basándonos en un paradigma holístico que incluye los arquetipos de la neurodivergencia y de los derechos humanos, así como un enfoque social y médico. Es fundamental hablar del autismo en primera persona, tanto a otras personas autistas como a alistas (personas no autistas).
Cada persona autista es diferente; y por ende existirá una diferencia entre cada una de las vivencias. Cada autista tiene distintos rasgos y cada persona requerimos diferente nivel de apoyo. Es relevante que trabajemos de la mano en la búsqueda de mejores condiciones de vida para cada persona autista.
El espectro autista es amplio y abarca una variedad de experiencias que se intersectan con otras condiciones de vida. Una persona autista es parte de la comunidad neurodivergente y también de la comunidad disca, pero igualmente puede pertenecer al colectivo LGBTTTQIAPNB+ y a otros grupos minoritarios. Es importante recordar que como autistas, también podemos ser madres, padres y/o cuidadores de otros autistas.
Es momento de trabajar juntos por y a favor de la comunidad autista; autistas, madres, padres, cuidadores y aliados. Se agradece a las madres, padres y cuidadores el trabajo que han realizado por y para la comunidad autista. Aunque el sujeto político en esta lucha son las personas autistas, sabemos que nuestras madres y padres también requieren apoyo y que también deben vivir una vida libre de prejuicios.
Los mitos sobre el autismo propagan desinformación y refuerzan estereotipos dañinos que afectan la vida de las personas autistas, restringiendo sus oportunidades de desarrollo. Las personas autistas no somos seres míticos ni perpetuamente infantiles; somos individuos con un ciclo de vida completo, desde el nacimiento hasta la muerte. Podemos contribuir positiva y activamente a la sociedad, así como cualquier otro ser humano. Merecemos respeto y dignidad, rechazando tanto el trato negativo como el condescendiente.
El autismo es una discapacidad invisible y dinámica necesitamos políticas públicas, que fomenten la independencia y autonomía de quienes lo vivimos. Tanto por nosotros como para la población en general, pedimos trámites más simples con el fin de evitar colapsos.
Es nuestro derecho recibir un diagnóstico de autismo por parte del Estado, siendo este el inicio de un camino apoyado por el estado con las herramientas necesarias para nuestro desarrollo integral. Hablar abiertamente de nuestro diagnóstico no debería causar temor, y este no debe ser un motivo de exclusión en ningún ámbito de la vida, sea educativo, laboral o social.
El autoreconocimiento es un derecho humano; por ende, podemos reconocernos como autistas. Sin embargo, esto no descarta que acudamos con especialistas en la materia por un diagnóstico, el cual nos puede ayudar a trabajar las herramientas que necesitemos acorde a nuestras necesidades de apoyo. Los especialistas que atiendan casos de autismo deben tener un enfoque desde la neurodiversidad y los derechos humanos.
Este postulado refleja nuestra visión de un futuro donde el autismo se entienda y se viva desde una perspectiva inclusiva, respetuosa y empoderada. La unión de nuestras voces y esfuerzos nos permitirá avanzar hacia una sociedad más justa y equitativa para todas las personas autistas.